Entrevistamos a Mercè Gisbert Cervera

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Hoxe inauguramos nova sección de entrevistas. Chamámola “Hoxe tomamos café con..” e acompáñanos Dna. Mercè Gisbert Cervera:

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Mercè Gisbert es doctora en CC. de la Educación y catedrática de Tecnología Educativa por la Universitat Rovira i Virgili, melómana y enamorada de las flores según su página web.

Mercè, un inmenso honor tenerla con nosotros en A Coruña el próximo viernes 27 de octubre. Es usted una antigua colaboradora de esta universidad, esperamos que guarde un buen recuerdo de nosotros.

 

  1. ¿Qué es lo que más ha cambiado en las aulas universitarias en los últimos 20 años?
    Creo que la diferencia fundamental tiene mucho que ver con que hace 20 años la mayor parte de información, también de conocimiento, estaba controlada por el profesorado. Actualmente el docente no puede ni imaginar que controlará toda la información. En todo caso, tendrá más estrategias que los estudiantes para gestionarla y convertirla en conocimiento. En cierto modo, el profesor ha tenido que renunciar al control de la información y asumir que los estudiantes que llegan, ya alfabetizados digitalmente, tienen más tiempo y recursos que él para poder acceder a ella y más tiempo para poder encontrarla.
    Lo que continúa sin tener el alumnado son las estrategias y los recursos para construir el conocimiento. Este será uno de los principales retos docentes.
  2. Usted y sus colaboradores han investigado mucho sobre competencia digital docente. ¿Cuál es el estado actual de la cuestión? ¿Se puede decir que los docentes universitarios actuales son competentes digitales?Si, durante los últimos diez años hemos dedicado una parte importante de nuestros esfuerzos de investigación a la definición conceptual, la definición de la rúbrica y de sus indicadores y el diseño y desarrollo de los instrumentos para la medición, primero, de la autopercepción, y después de la evaluación. Esta última continua siendo un reto pues, si bien, existen muchos informes y documentos de referencia internacional respecto a la competencia digital no existen instrumentos suficientemente consistentes para su evaluación.Creo que no podemos asegurar que los docentes universitarios sean competentes digitales, como mucho, están alfabetizados digitalmente. Pero esta no es sólo una situación de los docentes de educación superior sino, en general, de todos los niveles. No garantizamos la CD en la formación inicial ni tampoco la exigimos durante el desarrollo de la carrera profesional por lo que, a menudo, la responsabilidad de adquirir la competencia depende en gran medida de la voluntad del profesorado.
  3. Cada vez son menos, pero todavía quedan docentes reticentes al empleo de la tecnología en los procesos de enseñanza. ¿Cuál cree que sería el argumento de más peso para hacerles cambiar de opinión?

    Creo que, como profesionales de la educación, tenemos una serie de responsabilidades relacionadas con la necesidad de garantizar la mejor formación para nuestros estudiantes, que serán los profesionales del mañana. En una sociedad digital como la nuestra es evidente que las responsabilidades personales, sociales y profesionales deberán desarrollarse en este contexto. No tenerlo en consideración en el proceso de formación equivale a no asumir una de nuestras principales tareas como formadores. Para garantizar la calidad y pertinencia de esta deberemos utilizar las herramientas y recursos necesarios. Estos serán, en un gran número, tecnológicos.

  4. La palabra innovación empieza a ser un cliché que usamos para todo. ¿Todavía se puede realmente innovar en las aulas o ya está todo inventado? No creo que la palabra innovación sea un cliché, en todo caso, lo es la forma que tememos de utilizarla o aplicarla. Lo que quizás si sea un cliché es dar por supuesto que toda innovación supone siempre un cambio o una mejora. Debemos diseñar y desarrollar innovaciones siempre y cuando tengamos la certeza de que éstas servirán para modificar de algún modo la realidad y, lo que es más importante, cuando puedan ayudarnos a avanzar en alguna dirección o a mejorar aquello que estamos haciendo. Aunque la mejora solo sea un pequeño paso porque. A veces, estos pequeños pasos son los más poderosos.

  5.  Picasso decía que la inspiración existe pero debe pillarte trabajando. ¿Dónde pueden encontrar inspiración los docentes para innovar? Si continúo con el ejemplo de Picasso y de la pintura estarán de acuerdo conmigo en que no todos los estilos pictóricos son iguales, ni se perciben por todos del mismo modo, y que todas las innovaciones cuando se producen por primera vez tienen más detractores que defensores. Podemos tomar como referencia la época de los impresionistas. Ninguno de ellos consiguió una gran fama mientras estaban innovando. A menudo, todo lo contrario.
    La idea anterior trasladada al mundo de la docencia me lleva a considerar que no todos los docentes somos igual de buenos utilizando los mismos métodos y estrategias así que éstas tendrían que estar muy relacionadas con los estilos docentes. Tampoco tiene sentido dejarse llevar por las “modas” y adoptar innovaciones sin criterio. Cuando esto sucede se nos suelen volver en contra. Así que podemos decir que más que inspiración necesitamos un buen criterio pedagógico una vez hemos definido con claridad cuáles son los objetivos de aprendizaje que pretendemos promover.

  6. Usted trabaja formando a futuros docentes, cuál cree que son los principales retos que deberán afrontar los futuros profesionales de la enseñanza? Para  mi, los principales retos que deberán ser capaces de asumir son:
  • La flexibilidad suficiente para ser capaces de cambiar sus enfoques docentes tantas veces como sea necesario. En función del perfil de los estudiantes que acceden a sus aulas y de los avances de su ámbito de conocimiento. Cada vez el conocimiento se desarrolla más rápido y no siempre tenemos la capacidad de actualizarlo a la misma velocidad.
  • La capacidad de desarrollar su competencia digital docente puesto que viven y trabajan en una sociedad digital y deben formar a estudiantes que se forman en este contexto.
  •  Formación continua a la largo de su carrera profesional utilizando otras estrategias que van más allá de los cursos y los seminarios y que tendrán más que ver con la investigación, la colaboración y la cooperación internacional.
  • La investigación sobre la docencia. Durante demasiado tiempo se ha obviado la necesidad de considerar la tarea docente como una disciplina susceptible de investigación. La única forma de mejorarla es a través de la investigación aplicada y de la recogida de evidencias empíricas que nos permitan documentar de manera sistemática nuestra tarea profesional.

Para terminar, ¿nos puede hacer un pequeño avance del tema de su conferencia en las II Jornadas de Innovación Docente de la UDC?

El título de mi intervención es: Ecosistemas digitales para el aprendizaje.
El término ecosistema en este contexto lo utilizo de manera metafórica puesto que me sirve de excusa, y también como estrategia, para poder abordar la gestión, la planificación y la aplicación de las herramientas tecnológicas para favorecer y facilitar los procesos de aprendizaje para poder mejorarlos.